En 1641 al morir el cardenal infante don Fernando, Sebastián de Morra regresó al España y fue adscrito al príncipe heredero Baltasar Carlos. Es un tanto curioso que un bufón recibiese el tratamiento de "don" y tuviese su propio criado.
Sebastián de Morra era el típico enano acondroplásico. La acondroplasia es una enfermedad hereditaria que afecta principalmente a los huesos largos. Otras características de esta enfermedad son la frente larga y la nariz chata.Igual que en sus otros cuadros de enanos que pintó Velázquez, no ridiculiza su personaje, si no que lo trata con el decoro que merecía un noble. Incluso podemos decir que disimula su deformidad. Lo viste con de púrpura y oro, puños y cuello de fino encaje y lo retrata sentado con lo pies en primer plano, ocultando las piernas cortas y arqueadas. Los puños cerrados no permite ver uno de los rasgos mas característicos de la acondroplasia, "la mano en tridente", donde los dedos tienen todos el mismo tamaño. Además, su fija y arrogante mirada parece más la de un inquisidor que la de un bufón.
Siempre me ha admirado la dignidad de estos retratos velazqueños.
ResponderEliminar