Este cortometraje ganó el Premio Kodak en el Festival de cine de Cannes del 2009 y el Oscar al mejor cortometraje animado en los Premios Oscar de 2010. Es muy interesante cómo logra utilizar cerca de 2.500 logos en la recreación de la ciudad de los Ángeles y además hace que los protagonistas de la historia sean mascotas de marcas conocidas en todo el mundo. Es también una muestra del mundo completamente comercial en el que desarrollamos nuestra vida cotidiana y en el que, lastimosante, no es ilógico pensar que varias de las escenas del corto sucedan en realidad.
Monyk, ¡¡me ha parecido muy, muy bueno!! Además, es divertidísimo ir descubriendo las distintas marcas y cómo los adaptan al argumento. El final, soberbio.
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